Empecemos... seamos muy realistas: ir con niños a la vuelta de la esquina es todo un viaje. A ver, padres internautas con niños anexados, ¿cuánto tardáis en conseguir atravesar la puerta de la calle para ir a la tienda de enfrente?, ¿qué tamaño tiene el bolso que tenéis que llevar?, andar por vuestra calle ¿es sólo andar, o es escalar las dos ventanas altas, correr los cien metros lisos (ida y vuelta), hacer espeleología bajo la furgoneta que siempre está aparcada allí y nadar si ha llovido?... ¡Pero bueno! ¿todos los viajes van a ser "eso"? Para los que piensan que la respuesta es NO, para los que sueñan con viajes fantásticos que quizás (sólo quizás) nunca se hagan, para los que no se cansan de decir "que sí, que me los llevo" porque no quieren perderse sus caras de asombro, para los que piensan que hay que enseñar que aprender a viajar es aprender a vivir... aquí va este artículo.
Y, bajando a la tierra, sigamos siendo realistas. El viajero con niños (ni bebés, ni adolescentes; esto es, se les puede ilusionar, pero pueden tener la llantina a lo más mínimo) tiene que saber que:
1. La regla de oro es preparar muy bien el viaje. Cuando se va con niños hay que preveer el itinerario para poderles contar qué van a ver, engancharlos con historias sobre el sitio en el que van a estar, buscar personajes de libros o dibujos que tengan algo que ver con el lugar elegido...
2. Nada de querer verlo todo, sólo se conseguirá cansar al niño y, por tanto, no ver nada. Es mejor elegir lo más interesante y alternarlo con "cosas para niños": parques, zoos... En ese sentido, lo de los viajes organizados por agencia, ni pensarlo.
3. Las mejores opciones de alojamiento son los apartahoteles, los bungalows o las casas alquiladas. Hay más espacio para jugar que en una habitación de hotel y también podrás tener de algún espacio "para tí" cuando los niños se duerman. Olvida lo de "total, si el hotel es sólo para dormir" ¿tengo que volver a recordarte cuánto tardas en cruzar la puerta de casa?
4. No cambies mucho de alojamiento a lo largo de un viaje. Es preferible sentar el "campamento base" en un lugar central desde el que acceder a lo demás. Lógicamente, esto implica ir en coche, o alquilar uno, o estar muy bien informado de los horarios de autobuses y trenes.
5. Es mejor evitar los restaurantes en la medida de lo posible: a veces las comidas son el momento de tensión del día, si encima es en un lugar cerrado y en el que estás intentando que no molesten... puedes acabar sin ganas de ver nada más.
6. Y por último, lo que debe ser lo primero: el respeto a los demás. Con tus niños viajas tú, no el resto de personas que están a tu alrededor. Compartir:
Enviado por troyanazaret el Viernes, 21 de Noviembre de 2008 a las 10:39:07 (3133 Lecturas)[ Administración ]
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