Se trata de la comarca madrileña que alberga la mayor biodiversidad, valores geofísicos y paisajísticos de toda la región, y su bosque de pino silvestre que tapiza las zonas altas del valle es uno de los mejor conservados de la península ibérica.
Mochila en los hombros, zapatos cómodos y pilas cargadas vamos a recurrir un paseo de una hora de duración, con destino final a las praderas de la poza, junto al puente de la Angostura.
Partimos del área recreativa de la Isla y comenzamos un paseo por el camino que sale paralelo al río, aguas arriba, en su margen izquierda, donde se puede admirar el esplendor de este río de alta montaña.
Entre septiembre y diciembre en esta zona se puede reconocer el mayor número posible de setas, mientras que, entre abril y junio se pueden localizar diferentes especies de mariposas. Después de atravesar un área ensanchada, se llega a una alambrada con un paso para peatones, caminamos algunos metros sobre una antigua conducción hasta el muro de la presa del Pradillo. En este punto habrá que remontar la pared de la presa y habrá que seguir por el margen del embalse, allí nos saludarán unas simpáticas ranas y nuestros niños podrán jugar a hacer botar piedras planas sobre la cristalina superficie del embalse, después nos incorporaremos a un ancho camino. Al poco rato pasaremos junto a una caseta de aforos que controla el agua del embalse que da suministro a Rascafría, a partir de aquí, el camino se estrecha, gana altura y bajará después, por lo que hay que tener cuidado con los niños en este punto.
Seguiremos adelante por la senda, muy cerca del Río Angostura, hasta llegar a una pradera flanqueada por un bosquete de piceas un árbol parecido al cedro. Atravesaremos este campo, siempre paralelos al río. Más adelante, la senda se separa del río claramente para ir a dar a un segundo campo que igualmente atravesaremos por medio, para retomar el sendero al otro lado.
A los pocos minutos salimos a la pista de tierra. Este paseo forestal tiene algunos repechos de subida, y gana altura progresivamente, tras una prolongada pero suave subida, llegaremos a una bifurcación de la pista de tierra, cogeremos el ramal de la izquierda y pasaremos sobre el puente de la Angostura, cruzando al otro lado del río. En este lugar se abre una gran pradera, al fondo de la cual el río se ha remansado y ofrece una estupenda poza donde es posible el baño. Esta zona representa el paraje ideal para que los niños jueguen con sus cometas u observen los peces en la poza.
Durante todo el recorrido nuestros pequeños pueden además, admirar especies de animales en peligro de extinción, como el águila imperial, el buitre negro, la nutria o el gato montés, y pueden avistar el buitre leonardo, el agateador común, el picapinos o las ardillas.
Una vez llegados al final de la ruta, por el mismo camino, cuando veamos que la pista de tierra sube ligeramente para encontrarse con la carretera asfaltada, nos saldremos de ella a la derecha para dirigirnos al río, paralelo al cual, aguas abajo, se encontrará la senda de vuelta.
Junto al río Lozoya se encuentra El Anzuelo, un restaurante donde puedes parar para descansar y hacer el lleno de energía. Con un ambiente campestre y un menú especializado en asados al horno de leña o carnes a la parrilla, fruto del ganado de la zona, este establecimiento dispone de un gran aparcamiento y de una zona infantil para que los niños puedan seguir disfrutando de este día de campo. Compartir:
Enviado por Nuryjav el Martes, 05 de Octubre de 2010 a las 08:47:45 (5571 Lecturas)[ Administración ]
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