Hay varias rutas para ir a la Sierra de Gredos, algunas más rápidas, otras más cortas, pero yo he escogido esta, la de El Escorial, por la belleza de sus paisajes y por lo rústico de sus pueblos. A cambio el conductor debe pagar con un poco más de cansancio y atención un peaje, que a la vista le parecerá liviano.
De hecho yo use a la vuelta la del valle del Tiétar, pasando por el puerto del Pico y bajando hasta Mombeltrán por la vieja ruta romana, de la que aún queda parte de su calzada.
Otras personas utilizan la menos complicada y más civilizada que parte de Avila. Lo dejamos a la elección del conductor, pero todas tiene como destino común… el converger en Hoyos del Espino, puerta de la Reserva Nacional de caza de Gredos.
Salimos de Madrid y cogemos la carretera de La Coruña (A-6), hasta Las Rozas. Allí, se coge la carretera de El Escorial, una carretera que nunca ha sido de mi agrado pues está plagadas de rotondas que dan salida a numerosas urbanizaciones, pero es ancha y es el camino mas directo.
Dejamos a la derecha el imponente edificio del Monasterio mandado a construir por Felipe II, obra civil de dimensiones espectaculares, y comenzamos la subida, M-505, una carretera retorcida y con alguna curva de 30km/h, hacia el Puerto de la Cruz, justo en el puerto (marcado por una rotonda) hay un bar, frecuentado por moteros, donde sirven unas magnificas tapas de revuelto de morcilla, entre otras.
Las vistas desde este puerto son magnificas, tanto de la sierra, como del valle.
Nos dirigimos a la provincia de Avila, donde la M-505 se convierte en CL-5005. La carretera es de montaña, pero bastante aceptable. Discurre en dirección oeste la mayor arte del tiempo, entre un paisaje de pinos y praderas regadas de piedra.
Pasamos las Navas del Marqués y en Navalperal de Pinares, cambiamos a dirección sudoeste, por la carretera de Cebreros, una carretera que pasa por bellos paisajes. En El Tiemblo, tomamos la N-403 y hasta El Barraco, pasando junto al embalse del Burguillo, siempre animado por sus visitantes de fin de semana.
En El Barraco cogemos un desvío a la izquierda, la CL-500, que nos lleva por pueblos de casas de granito de muros gruesos, lo que nos hace imaginar lo fríos que son los inviernos en estos lugares.
La carretera se estira por valles longitudinales que se abren entre las montañas del Sistema Central, casi siempre dirección sudeste. En estos valles domina la vaca, la pradera, la piedra y el pino.
Pasado Hoyocasero, haremos nuestra parada para comer en la Venta del Obispo, suculentas carnes de Avila, rebajadas con una ensalada y un delicioso postre para rellenar el último hueco que quedaba en el estómago. Después de tan copiosa comida, lo cierto es que lo que menos apetece es conducir y comprendo que haya coches parados junto al río Alberche con sus ocupantes durmiendo la siesta. Pero como yo soy, mas duro que un mercenario… me da por continuar.
Cogemos unos kilómetros la nacional 502 que viene de Ávila, para dejarnos caer dirección Arenas de San Pedro, En este tramo hay varias ventas que ofrecen avituallamiento y alojamiento. Después de tan solo a 11 Km, mucho antes de llegar al puerto del Pico, cogemos un cruce a la derecha y por una renacida CL-500, nos dirigimos hacia Navarredonda de Gredos, por una carretera mas bien estrecha, sin arcén y por bonitos pasajes de praderas de montaña.
Hace buen tiempo y las flores aprovechan para pintar de color el paisaje. La estación cálida es muy breve a estas alturas (mas de 1000 metros) y las plantas tienen que aprovechar ese corto periodo de tiempo para fines reproductivos y de crecimiento.
Antes de llegar a Navarredonda a la izquierda, en una zona de pinares se alza el primer Parador Nacional, inaugurado por Alfonso XIII en 1927. Desde los balcones de este noble edificio se dominan las tierras de la Reserva Nacional de Caza de Gredos y los picos más altos del Sistema Central. Como el Parador está a varios kilómetros del núcleo urbano y de contaminación luminosa, por la noche, desde su terraza se observan miles de estrellas.
En nuestro caso, dejamos el equipaje en el Parador y continuamos hasta Hoyos del Espino. Nos encontramos un cruce marcado por una escultura de una cabra hispánica, tomamos el estrecho camino que sale a la izquierda y nos dejamos caer hasta el fondo del valle. A la derecha hay un punto de información turística y a ambos lados, alojamientos y pequeños restaurantes.
Pasado el río, nos adentramos en la Sierra de Gredos. Una bella zona, completamente despoblada, con excepción de los excursionistas que llegan hasta aquí para hacer senderismo, montar a caballo, practicar el ciclismo… o simplemente disfrutar de estos paisajes inmaculados.
Nosotros continuaremos la pista de asfalto hasta el aparcamiento del final, a unos 11 km de Hoyos, donde una cafetería hace de punto de inicio de la ruta de ascenso a pie al Circo de Gredos y sus montañas colindantes. Un paseo muy bien señalizado y de unas 3 horas de duración, jalonado de fuentes y riachuelos que nos permitirán al menos saciar nuestra sed con aguas frescas y finas.
Recomendaciones para senderistas:
- llevar calzado cómodo
- cantimplora y gafas de sol
- mapas y prismáticos
- ropa de frío y para protegernos de alguna posible tormenta
- Mucha ilusión y ganas de andar Compartir:
Enviado por spainsun el Sabado, 29 de Septiembre de 2007 a las 00:31:06 (5988 Lecturas)[ Administración ]
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