Voy a Londres una vez más por asuntos de trabajo, pero esta vez aprovechando el fin de semana me he ido el sábado temprano pues necesitaba una inyección de cosas bellas, quería impulsar mis días con goces hedonistas y alimentar mi alma con hermosas obras de arte; en otras ocasiones una se va al campo a hacer taichi, en esta el dios alado Garuda me pillaba en un renuncio encantador .
Dicen que lo bueno del viaje no es el destino en sí, sino el camino que haces hasta llegar allí, esta vez tanto el camino como el destino estaban predestinados a volvérseme de algodón de azúcar.
A llegar a Heathrow , su incesante hormigueo de gentes que van y vienen me fascina , chinos, shijs, raperos, grunges, ejecutivos, santones, marujas y un sinfín de tribus planetarias que me hacen caminar como por las calles de Blade Runner . Me dirijo a las máquinas expendedoras de billetes del metro y caray ¡ que caro es el trasporte en esta ciudad, 3.60 libras (unos 5 euros) por ir a Russell Sq. , pero ¿qué es eso comparado con la inmensidad del universo? , voy al hotel Royal National , enorme , miles de camas, bien comunicado con el centro pues está en la línea Picadilly , al lado de Covent Garden y el British Museum y a escasos 15 minutos caminando de Oxford St. Una habitación individual me cuesta 50 libras (70 euros). Arreglo mi mochila y me echo a caminar. Importantísima la cuestión de la mochila en Londres, allí hay tantas cosas que hacer que sin mochila no eres nadie, hay que llevar el agua, el walkman, el libro para el metro, el sándwich de las 12, la manzana, alguna bolsita de cheetos, los chicles, las pinturas, el paraguas , el monedero, la cámara...etc, etc , vamos que si no llevas mochila estás perdido. Siempre he dicho que hay que viajar con el cepillo de dientes y la Visa, Londres es una excepción, se impone la mochilita a no ser que quieras parecerte a Harpo Marx con su abrigo cargado de quincalla .
Mi propósito era dirigirme directamente a la Royal Academy of Arts donde hasta el 12 de Diciembre de 2003 se expone la colección privada de Andrew Lloyd Weber . Con un día tan espléndido como excepcional callejeo y me dejo perder para encontrarme en Covent Garden donde el olor a gofres y pancakes me envuelve haciéndome volar hasta el mercadillo. Allí saltimbanquis, magos y charlatanes hacen su gran número especial de día soleado, ¡me lleno de color y fantasía!. Pero hay que continuar y ya son las 2 de la tarde , tengo que aprovechar el día porque en estas latitudes anochece muy pronto y a las 16.30 en Noviembre ya empieza a oscurecer. La exposición cuesta 9 libras, pero las doy por bien pagadas , con obras como The Proscribed Royalist de Everet Millais, l´Orpheline de Tissot , autorretrato de Picasso azul, The Old Horses Guard de Canaletto, A Vision of Fiammetta de Rossetti, Thermae Antoninianae de Alma Tadema y muchas más que mis sentidos guardan para siempre por la emoción que me provoca el poder disfrutar de estas cosas en la vida. Pero estremecerme, lo que se dice estremecerme lo consiguió The Mirror de Dikesse...que maravilla! , las gasas, el nácar, los brocados , la belleza de esa dama, la delicadeza de sus manos y su diadema de ámbar, todo en ese cuadro rezuma armonía y perfección.
Bien pues después de estas visiones tan gratificantes me propongo ir a la iglesia de St Martín in the Fields donde he reservado una entrada para el concierto de música barroca de las 19.30, se pueden ver los programas en su página web stmartin-in-the-fields.org, hay que reservar con antelación pues se llena, pero los domingos por la mañana hay conciertos gratis .Como tengo tiempo me siento en las escaleras que bajan a Trafalgar Sq donde un grupo canta algo en ruso y los jóvenes saltan y se hacen fotos montados en los leones. Una chica española sentada a mi lado se saca de la mochila una tartera con macarrones y se los come allí mismo (confirmado ,mochila=chistera de mago). Por fin entro en St. Martín, todo lleno de velas y los candelabros con luz muy tenue , el ambiente es de ensueño. El programa incluye cantatas de Bach, Ave María de Mozart, Requiems y Sonatas llevadas a cabo por Choral Favourites. Se apagan las luces , en los rincones y columnas alumbran las velas y el coro empieza con un Aria de Gloria 'Domine Deus' de Vivaldi, aquí es cuando se me ponen los pelos de punta y cierro los ojos para dejarme embriagar de nuevo por la belleza. En el intermedio se puede bajar a la cripta a tomar una sopa calentita o un wiskey si ya está uno templado!.
La vuelta al hotel y las calles adornadas con las luces de Navidad se torna un paseo agradable y sereno , no se ven sino las estrellas de coloreadas bombillas y los rincones de los pubs con farolillos me evocan cuentos de Dickens . Me pierdo de nuevo pero un chico belga me pone derecho el mapa y me indica el camino.
El domingo vuelve a amanecer tan soleado y alegre que a las 7 ya estoy en danza, claro mi cuerpo tiene hora española, así que desayuno y me voy a la Tate Gallery donde hasta el 11 de Enero de 2004 se puede disfrutar de la exposición Turner y Venecia, si el día anterior me emborraché con los Pre-rafaelistas en esta visita casi pierdo el sentido. Que maestría! , que aguas con sus reflejos, exótico y glorioso , me sentí trasportada a una escena de Noches de Arabia , inefable! También ante The Sun of Venice Going to the Sea me emocioné , gracias Garuda por tan exquisitos manjares para el espíritu !
Después me voy paseando por la calle Millbank junto a la ribera del Támesis hasta las casas del Parlamento, sospechosamente merodeadas por multitud de helicópteros, mucha policía en las calles y un ambiente dominguero ajeno a quien se avecina. Uno de los maestres de la orden de Skulls and Bones , más conocida por las catástrofes provocadas en nuestro planeta y por su empecinamiento en sembrar el terror y el miedo se está acercando a Londres. George W. Bush y su comitiva de muerte están a punto de llegar con todo su boato y parafernalia.
Me dedico a pasear el resto de la tarde , haciendo fotos aquí y allá , comiendo un perrito caliente en un parque para no perder las escasas horas de luz y me deleito en observar la gente pasar. Transeúntes anónimos, esperanzas frustradas, alegrías por llegar, viajeros con mochilas repletas de guiños a la vida, crueldades y bondades, pero....¿qué es eso comparado con la inmensidad del universo? ; me he empapado de belleza y ahora me voy a dormir , mañana hay que trabajar.
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