Que el terrorismo amenaza la convivencia entre los pueblos, es una falacia basada en el interés de algunos políticos por conseguir sus propósitos y mayor poder culpando al “enemigo externo”. Hitler usó esa misma técnica culpando a los judíos de todos los problemas del pueblo alemán.
Cuando uno convive con otras culturas descubre las profundas desigualdades que imperan en este planeta...
... las cuales son incentivadas por los gobiernos de los países ricos, sus intereses en los países pobres y por los títeres gobernantes de esos países.
La cultura y el respeto a la ley, al derecho internacional y a sus instituciones, no son fomentados, con el propio ejemplo, por algunas potencias mundiales. Las “guerras preventivas”, los “asesinatos selectivos” (otro modo de terrorismo), las políticas de doble rasero y la globalización no son compatibles con la justicia.
Y mientras no exista justicia, respeto por los demás y educación en todo el mundo, el terrorismo no se erradicará.
Mientras enanos acomplejados juegan a grandes estadistas con las vidas de los demás, mintiendo para intentar mantenerse en el poder. Mientras la justicia la imponga el mercado de capitales, los intereses por las materias primas y los demagogos del primer mundo, no habrá paz.
El viajero es un arma de doble filo, por un lado pone en contacto a los mundos y puede transmitir las ideas y los mensajes entre las culturas, por otro lado, hace su propio análisis de lo que ve. Es ese el aspecto que más inquieta a muchos políticos de ambos mundos, interesados en fomentar el turismo de masas, que no se involucra en la vida de la sociedad receptora, sobre el viajero individual. En esto, los terroristas y los políticos más retorcidos hacen frente común.
El terrorismo afectará al turismo de masas, mucho más que al viajero individual, porque este último no se amilana tan fácilmente a las amenazas que vierten terroristas y políticos apocalípticos desde los medios de comunicación. Porque el viajero saca conclusiones propias, porque contacta con el lado humano de la otra cultura, porque para él no son dogmas de fe las ideas vertidas desde una pantalla de televisión.
El resultado electoral de España no ha sido una victoria del terrorismo, como afirman los rencorosos, sino una victoria de la justicia, sobre la mentira y el despotismo. El pueblo español no necesita dar muestras de valor, ya lo ha dado a lo largo de la historia.
Una parte del pueblo ha escogido cambiar la seguridad que da la continuidad económica, por sentirse engañado e ignorado. Y eso es una reacción valiente y de justicia.
Esperemos que los nuevos gobernantes entiendan que este país quiere un gobierno sincero y justo. ¡Si no, nos veremos en las urnas dentro de cuatro años!
Ojalá nos demos cuenta de cuanta responsabilidad tenemos nosotros y nuestros gobiernos en al desesperación que se vive en otros lugares. Veamos que no somos tan ajenos al origen de los problemas como nos quieren hacer creer.
Ojalá nuestra autocrítica y el cambio en nuestra actitud con los demás sirva para hacer de éste, un mundo mejor, podamos viajar con mayor seguridad. Los misiles no nos han dado mayor seguridad. El peor dardo son las palabras y las ideas. Eso es lo que mata al terrorista.
Gobierne quien gobierne, aterrorice quien aterrorice… este viajero continuará su camino.
Una última sugerencia: Ahora que tiene tiempo… viaje Sr. Aznar. Good Bye!
A. De Cara.
Madrid, Marzo de 2004.
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Enviado por adecara el Jueves, 01 de Enero de 1970 a las 01:33:24 (7071 Lecturas)[ Administración ]
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