Esta vez el ambiente se llenaba de Glamour, se embriagaba de avidez, el tren disminuía su marcha y los carteles marcaban mi destino: estación Montparnasse, si, mi parada era aquella ciudad que nació sobre la actual Île de la Cité en medio del Sena, la misma que en el 52 a C. Julio Cesar la conquisto y la rebautizo con el nombre de Lutetia, esa que en el siglo VI Clodoveo I la proclamo capital del reino de lo francos, que otra que Paris....
Texto y fotografias: Fabio Marcelo Magoia
Tome mi mapa y comencé mi recorrido buscando la famosa isla, allí estaba, se vislumbraba desde lejos la gran Catedral Gótica de Notre Dame donde Quasimodo esperaba a Esmeralda, donde las gárgolas observan la vida de la Cité desde hace siglos, solo pienso en aquella época donde este símbolo del Catolicismo ocupo la suma categórica de la vida social, era un medio de educación popular, ya que las esculturas y los cristales pintados reproducían los episodios bíblicos desde la creación hasta la redención...... cuando ingrese me inundo ese profundo aroma de una historia bien guardada, donde la luz penetra en el recinto como pidiendo permiso.
Salí y decidí caminar por la margen del Río Sena, éste, recorre cada rincón y es interceptado desde lo alto por numerosos puentes, al llegar a Pont Alexandre III, para mi el mas bello y sensual de todos, diviso el Hotel de los Inválidos, donde funciona el museo del Ejercito, lo que mas impacta es la Cúpula Dorada, que parece encerrar su pasado mas grandioso, y no es para menos, allí desde 1840 alberga los restos del Gran Emperador Napoleón Bonaparte.
Que ciudad!!! No se desperdicia ningún centímetro de espacio, la vista se deleita paso a paso, de repente, avizoro una enorme rueda que gira y gira, un contraste entre lo moderno y lo antiguo, pero eso no es todo , mas allá, está la famosa pirámide de Cristal, que desde 1988 adorna el museo del Louvre.
Se dice que el Louvre es el primer museo del mundo, allí se estreno la ciencia museográfica, que tuvo su génesis, gracias a los saqueos del ejercito y de las expediciones científicas de Napoleón.
En su inmensidad alberga un sinnúmero de tesoros, después de visitar lo mas característico como las estatuas de Ramses II, la Venus de Milo, La Victoria de Samotracia, entre otras, me quede observando la enigmática Gioconda, en sí, la miniatura a simple vista no revela una hermosura fisonómica, pero encierra un misterio de mas de 500 años que Leonardo estampo para la Eternidad, depende de donde se la mire, ella, te observa, se enoja, sonríe, etc, etc, etc, ...
Al salir del museo, camine hasta un pequeño arco del Triunfo que hace las funciones de puerta en los jardines del carrusel, desde allí se divisa la Place de la Concorde, seguí en forma recta por la famosa Avenida de Champ Elysees hasta llegar al Arc de Triomphe, ese mismo que alberga la tumba del soldado desconocido....
No podía dejar de ir a La Bastilla, pensaba en ese 14 de julio de 1789, cuando ciudadanos enfurecidos irrumpieron en La Bastilla, fortaleza devenida en Cárcel, símbolo del absolutismo, ese edificio de ocho torres concebido por Carlos V en el Siglo XIV como fortaleza para proteger la entrada a la Ciudad, hoy no existe tal fortaleza, solo hay una gran columna de Bronce de 47 metros de largo que se conoce como Colonne de Juillet (Columna de Julio), esta , conmemora el levantamiento de 1830 cuando fue derrocado Carlos X y se dio paso a la monarquía constitucional con Luis Felipe de Orleans, allí yacen bajo el monumento 500 victimas de aquel combate.
Deje la historia de lado y a sabiendas de la cantidad de líneas de metro que existen en Paris, decidí caminar hacia el símbolo de Paris, y sí, me estaba faltando la frutilla del postre, la majestuosa e imponente torre de hierro, aquella que Alexandre Eiffel construyo en el 1889, la misma que observa a parisinos y extranjeros durante el día y la noche, por supuesto que subí, no me podía perder tal espectáculo, el atardecer que se va consumiendo y la luces artificiales comienzan a vivir para no dejar dormir a los transeúntes de la ciudad Luz.
En si, cada paso, sobre un puente, por una plaza, recuerda un gran pasado, donde se ha desarrollado un fragmento de historia, cualquier percepción de nuestros sentidos denotan un momento anecdótico que marco y marcara el sentido nacionalista a ultranza de todos los franceses.......
Compartir:
Enviado por marcello el Jueves, 01 de Enero de 1970 a las 01:33:25 (13613 Lecturas)[ Administración ]
The logos and trademarks used on this site are the property of their respective owners
We are not responsible for comments posted by our users, as they are the property of the poster