Cuando el guionista de televisión y escritor italiano Federico Moccia escribía la novela "Ho voglia di te" ("Tengo ganas de ti" -Editorial Planeta) poco podía pensar que la historia que discurre bajo los fanales del Puente Milvio en Roma traspasaría los anales de la popularidad mundial, y es que hoy en día son muchos los lugares del mundo que atesoran cantidades ingentes de candados para certificar el amor entre las parejas. Así pues, la antigua costumbre de esculpir los nombres de los enamorados en los troncos de los árboles o la tradición de sellar el amor arrojando una moneda a una fuente están siendo actualmente cambiadas por colocar a los ya conocidos mundialmente como los candados del amor.
Pero volvamos al sitio original del que partió esta curiosa manera de declararse, el Ponte Milvio en la capital italina. Federico Moccia sitúa la acción en el puente en el que en el año 312, Constantino I venció a su rival, Majencio, en la histórica batalla del Puente Milvio, (el puente actual no es el mismo ya que el antiguo fue destruido y alzado unas cuantas veces, pero si que se encuentra en el mismo lugar y por eso conserva el nombre). En el puente, dos amantes sellan su amor anclando un candando en una de las farolas y luego tirando la llave al Tíber.
Escena de la película "Ho voglia di te"
La historia cuajó en el corazón de muchas jóvenes parejas romanas hasta el punto que las farolas quedaron abarrotadas de candados. Tal fue el éxito de la iniciativa que la farola cayó unas cuantas veces al río debido a que no pudo soportar el peso del amor. El ayuntamiento puso remedio a ello colocando unas hileras de cables de hierro para que sirviesen de lugar de anclaje sin que eso supusiese la perdida de las débiles farolas. Hoy en día los cables están repletos de candados de multitud de parejas de todos los lugares del mundo que continúan con esta moderna tradición de certificar su amor.
Es curioso visitar el puente para descubrir la gran cantidad de colores y formas de los candados. La mayoría de ellos con los nombres o las iniciales de los flamantes enamorados que pretenden así perpetuar su amor eternamente. Aunque, a decir verdad, el ayuntamiento los retira cada cierto tiempo de las farolas y de los cables de hierro para así poder permitir que nuevas parejas puedan hacer lo propio.
Detalle de los candados en ambos lados del puente
Algunas ciudades europeas han seguido el ejemplo italiano de los candados del amor y lugares como Praga, Barcelona, Sevilla o París ya tienen sitios que han copiado la romántica escena del libro, aunque, eso sí, el debate entre los seguidores de los candados y los detractores de colocarlos está al orden del día, ya que hay quien ve a parte de un símbolo de amor, también una obra de arte por la estética que queda en los puentes, y los que en cambio ven en ello otra manera de ensuciar inútilmente las ciudades.
¿Cómo llegar?
El Puente Milvio no está céntrico, así que lo mejor es acercarse en transporte público. En la página http://www.atac.roma.it/se puede buscar la mejor ruta. Aquí está la que corresponde como lugar de partida a Via del Tritone:
Autor: David F.B. Compartir:
Enviado por brucelee2000 el Jueves, 20 de Mayo de 2010 a las 17:57:16 (7821 Lecturas)[ Administración ]
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